No hay duda de que la reciente mini-serie de 7 capítulos, producida por Netflix, “Gambito de Dama” ha sido todo un éxito. En varios países fue lo más visto en Netflix durante varias semanas, y en otros tantos como el nuestro, lo segundo más visto.
Sin embargo, dicha serie parece que ha dividido opiniones en la comunidad ajedrecística mexicana; y cuando digo que ha dividido opiniones me refiero a que no ha dejado indiferentes a los aficionados al ajedrez. Muchos han amado la serie, pero parece que hay varias personas que no sólo no les agradó tanto, sino que manifiestan una profunda animadversión. ¿Qué tiene esta serie para que provoque este amor y odio?
Empecemos por los que la aman. Creo que la razón más fuerte es que da difusión al ajedrez. Siendo el ajedrez una actividad no tan popular, la serie por unos momentos lo ha puesto en boca de todos. A varias personas, incluyéndome, nos ha pasado que gente que conoce de nuestra afición y que durante años no nos había dicho una sola palabra sobre el ajedrez, nos ha buscado para preguntarnos sobre nuestra opinión de la serie, sobre el juego mismo o incluso han mostrado interés por aprender ellos o alguno de sus familiares. Ver cómo gente quiere aprender este hermoso juego y posiblemente compartir nuestra afición es algo que a muchos aficionados del ajedrez nos llena de felicidad.
Otra razón es que Hollywood nos tiene acostumbrados a muchos errores cuando hay una secuencia del juego en sí. En esta serie, si bien no es perfecta, se maneja bastante bien a mi parecer esos detalles. Es de recalcar que las partidas de Beth Harmon están basadas en partidas reales y que tuvieron asesoría del excampeón mundial Gary Kasparov y del entrenador Bruce Pandolfini por lo que en términos generales está cuidado este aspecto.
Por otro lado, la serie, como nos tiene acostumbrado Netflix en sus producciones, es de muy alto nivel cinematográfico: visualmente es impresionante, hay una muy buena ambientación de los años 60s, cuenta con un excelente soundtrack que combina a la perfección con los pasajes en la serie representados, está la gran actuación de Anya Taylor-Joy, que desde su debut en el film “La Bruja” en 2015 nos avisó que es una gran estrella en ascenso en Hollywood y finalmente es innegable que el guion atrapa y ahí no tiene nada que ver con el ajedrez; es una bonita historia bien contada sobre cómo alguien pudo llegar a la cima en su disciplina empezando desde abajo y pasando por diversas situaciones adversas. El ejemplo más famoso de esto podría ser la historia de Rocky Balboa.
Ahora vamos con los que la odian. En redes sociales parece ser que la opinión más fuerte de sus detractores es la falta de realismo de la serie. Se ha leído en redes sociales que no es posible que alguien tenga un ascenso en el ajedrez como el que tiene Beth Harmon; que hay una confusión en donde no se explica cómo son los torneos, dando a entender que en los torneos Round Robin hay una final y ya no hay otros jugadores en el torneo como si fuera un Wimbledon; que los jugadores mueven inmediatamente y sin pensar mucho en partidas de ritmo clásico; que hay una ausencia de partidas que terminan en tablas, situación muy común en la élite del ajedrez; que hay una mala representación del área de juego de los torneos en la Unión Soviética en la década de los 60’s (a mi parecer esta última opinión muy quisquillosa), entre otros.
Y, a decir verdad, en general son ciertas estas afirmaciones; para un jugador que regularmente está en competencia es bastante obvio que hay muchos detalles que no corresponden con total realidad al desarrollo de un torneo de ajedrez, y más teniendo en cuenta que estuvieron gente de la talla de Kasparov y Pandolfini “cuidando” estos pormenores.
Sin embargo, me parece que el odio a la serie no va por ahí. Los detractores de la serie mencionan como una gran película de ajedrez a “En busca de Bobby Fischer” de 1993. Gran película por cierto, pero que comete errores de “realismo” del mundo ajedrecístico similares a los de “Gambito de Dama”. La película tiene grandes aciertos para los grandes aficionados al ajedrez, como cameos a ajedrecistas reales como Joel Benjamin o Roman Dzindzichasvilli, pero tiene errores graves, como no especificar el ritmo de los torneos, no se alcanza a apreciar la dinámica de un torneo suizo y no queda muy claro el ritmo de juego de una partida de ajedrez; la secuencia final donde ninguno de los jugadores está anotando su partida; inconsistencias como que un niño es capaz de ver una combinación de 12 jugadas en su mente pero no es capaz de ver un jaque en el tablero hasta que se lo anuncian, además de que es inverosímil que en la posición de la partida final el rey del protagonista con las piezas negras esté en c2 teniendo su rival torre, alfil y caballo… Pero vamos, eso ya es fijarse mucho en los detalles.
Pero fijarse tan estrictamente en estas imperfecciones es lo que hacen los detractores de “Gambito de Dama”. Es decir, están examinando la serie con lupa, y al encontrar algún detalle con “poco realismo” acaban odiando la serie. Entonces, ¿Qué pasa?, ¿Por qué a “Gambito de Dama” la examinan de la manera más quisquillosa intentando encontrar fallos que les permitan odiar la serie? La razón de este odio me parece que puede ser la misma que la del amor de sus defensores: La difusión del ajedrez.
Finalmente, el ajedrez ha sido una actividad estigmatizada con gente introvertida, tímida, “alternativa”, nerd, se ha refugiado y el ver cómo dicha actividad parece tener una gran difusión les causa desagrado. “En busca de Bobby Fischer” finalmente es una película de culto. No mucha gente fuera del ajedrez sabe de su existencia (hasta antes del primero de enero de 2021 que ha llegado a Netflix, justo por el éxito de “Gambito de Dama”). La difusión del ajedrez se siente como una invasión a este mundo fuera de lo convencional donde algunas personas del ajedrez son felices.
Otra razón de un carácter más secundario, es que la protagonista sea mujer; es decir ese machismo tan arraigado dentro de la sociedad que muchos no se dan cuenta que tienen pero que siempre está presente; sin embargo, creo que ese es tema de otro artículo.
¿Ustedes qué piensan?, ¿Por qué piensan que “Gambito de Dama” tiene opiniones tan divididas dentro de la comunidad ajedrecística?
Por Renato Enríquez