En cuestión de algunas comenzará una nueva edición del Grand Chess Tour 2019, con sede en Zagreb, Croacia. Como se ha vuelto una costumbre de algunos años a la fecha, quien se lleva los reflectores de la prensa y aficionados al ajedrez de todo el mundo, indudablemente, es el actual campeón del mundo: Magnus Carlsen. El mundo del ajedrez se ha acostumbrado tanto a ver al vikingo en el primer puesto, y de manera más que justificada, pues el prodigio noruego lleva siete torneos obteniendo el primer lugar de manera consecutiva, en algunas justas, coronándose antes de la última ronda. 

En algunas partidas o momentos de los torneos, Carlsen parece estar simplemente un escalón arriba del resto de sus perseguidores más cercanos, da la impresión que la brecha entre el noruego y la élite del ajedrez se hace más grande conforme la ambición por Magnus para volverse el mejor se mantiene viva. 

Parecía impensable que en plena modernidad del siglo XXI, con la presencia digital teniendo un papel cada vez más protagónico, existiera una distancia tan marcada entre jugadores que ya han alcanzado los 2800 puntos de ELO. Porque lo cierto es que estamos en una época privilegiada del ajedrez, los contemporáneos del astro vikingo son jugadores de excelsa calidad: Caruana, Anand, Karjakin, Ding Liren, Nakamura, Kramnik, Aronian, Mamedyarov, Vachier-Lagrave, So, Giri. La mayoría de ellos han enfrentado a Carlsen desde que es un niño, lo han acompañado en el camino al campeonato del mundo y lo han desafiado por la corona. Difícil decir si alguno de estos nombres podría arrebatarle el título al campeón, no porque estas estrellas del ajedrez tengan un nivel cuestionable con respecto a pasar a la historia como campeón del mundo, la razón se encuentra en Magnus, en su ajedrez que a ratos parece de otro mundo. Su poderío técnico, físico, psicológico que demuestra partida tras partida es realmente impresionante, restándole – de manera justificada – protagonismo al resto de los competidores, y es que como aficionados al deporte – ciencia nos parece deslucido un torneo con la ausencia del noruego, el vacío que deja cuando no participa es imposible de eludir. 

Cada torneo donde se percibe la bandera noruega ya no se pregunta: ¿Quién ganará el torneo?, el cuestionamiento que se hace el mundo del ajedrez en un secreto a voces es: ¿Carlsen volverá a ganar?, ¿Hay alguien pueda vencerle? Bueno, como devoto al ajedrez: la respuesta aparecerá en el ocaso de la justa en Croacia.

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