Sin duda alguna, los más puristas del juego de ajedrez extrañamos con alevosía el regreso a los tableros de manera presencial. Las condiciones sanitarias lo hacen impensable, al parecer en los días que quedan del 2020. Y también estará por verse cómo se recuperarán muchas empresas que están detrás de los torneos más importantes del mundo.
Para muchos, el ajedrez no tiene prisa en regresar a la “normalidad”. Pues la explosión del ajedrez online ha permitido que hoy en día se practique la mayor cantidad de ajedrez a nivel mundial hasta el sol de hoy.
Si bien es cierto que los de los más grandes eventos del 2020 quedaron suspendidos (El torneo de Candidatos y la Olimpiada Mundial), la Federación Internacional de Ajedrez ha encontrado una alternativa tras calendarizar la Olimpiada Mundial para el próximo el 2021 y para este año organizar la Olimpiada Mundial Online que ayer concluyó con su última fase preliminar y el podio se decidirá el fin de semana próximo.
En lo que respecta a los torneos con los “Super” Grandes Maestros del Top Mundial, la organización ha sido prácticamente monopolizada por el mismo Magnus Carlsen, bajo la dirección de chess24, plataforma que el noruego adquirió recientemente.
Los primeros meses de la pandemia fue emocionante tener tanto tiempo para disfrutar partidas de ajedrez prácticamente en cualquier momento del día, aunado a eso, muchos grandes maestros y jugadores fuertes se unieron a las distintas plataformas digitales los que permitió competir contra ellos a un click de distancia. Se formaron rápidamente ligas nacionales, sudamericanas y europeas con algunos jugadores de renombre.
En el plano Top del ajedrez hay torneos con “Super” Grandes Maestros prácticamente a diario, y el ritmo rápido lo vuelve más fugaz y espectacular, brindando una emoción distinta a los torneos en ritmo clásico. La evidencia de las cámaras de los jugadores trata de acotar la distancia entre el espectador y el torneo.
Sin embargo, con el paso del tiempo la cotidianidad del juego en línea se volvió monótono, y hasta cierto punto, aburrido. Y no es tratar de exponer que se volvió aburrido el ajedrez, es todo lo contrario, pero el ajedrez online alcanza hasta cierto punto: las sensaciones que produce el ajedrez presencial son incomparables, las emociones frente a un tablero online son insustituibles.
Es lógico que los organizadores se planteen en mantenerse más tiempo del que la pandemia precise en el ajedrez online, pues el ajedrez ha explorado un modelo de negocio distinto: con las retransmisiones y transitando a un ajedrez más ‘geek’.
El regreso a los tableros no debe hacerse esperar, la forma más pura del ajedrez es frente a nuestro rival: mirarlo a los ojos, tocar las piezas, presionar el reloj y lo más importante, estrechar la mano de nuestro similar.